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20/09/2018 - 11:14
Este año, desde el Museo Moto, decidimos participar en RodiBook con tres motocicletas Bultaco: una Metralla MK2 250cc de 1967, una Metralla GTS 250cc de 1979 y una Saturno 200cc de 1965. Nos pareció una idea original y un buen homenaje para conmemorar el 60 aniversario de la creación de la mítica marca del dedo rampante.
Esta es la crónica de Pau Soler, uno de los pilotos que superó el reto de completar los 600km de recorrido a los mandos de la Metralla MK2:
La verdad es que todavía me dolía el culo de la edición 2017 y no tenía pensado ir este año, aunque el evento es la bomba y súper bien organizado, me quería "saltar" esta edición, pues me casaba la semana siguiente y ya tenía la excusa perfecta para que mis amigos no me dijeran que era un "rajao". Esto era la teoria, pero en seguida empecé a buscar una nueva motivación para ir ...
Nada encajaba hasta que, de repente, recordé lo bien que lo pasamos este verano en un par de salidas con motos clásicas que hicimos desde el Museu de la Moto, incluso en el Rallye dels Museus, bajo una lluvia incesante y mucho frío, puedo decir que lo pasé en grande.
Ya estaba, iría al RodiBook con la Metralla MK2 del Museu con la que había salido en las últimas ocasiones (y con la que ya me había acostumbrado a cambiar con el pié derecho). Pronto hubo quien se añadió a la locura, David, el mecánico del Museu y Josep que trabaja en bSSsella experiences, integrarían el trío de Bultacos con las que intentaríamos cubrir los mas de 600 Kms de ruta.
Al llegar a Viella, fuimos objetivo de muchas fotos y miradas, algunas desconfiadas (donde van estos), algunas acompañadas de una sonrisa o de un comentario de recuerdo de estas máquinas que habían tenido ellos mismos o sus padres hace mas de 40 años... Veríamos al día siguiente como se comportarían estas joyas...
A las 5.30 de la mañana, suena el despertador y recuerdo que me quedan mas de 12 horas de moto por delante, pero no siento pereza, al contrario, salto de la cama, me equipo de arriba abajo (no como David que iba en modo casual) y corremos hacia la salida, se nos permitía salir los primeros y queríamos salir a las 6 para intentar no llegar de noche (olvidamos que no amanece hasta pasadas las 7, así es que nos chupamos bastantes Kms a oscuras, suerte que llevaba un frontal bastante potente que uso para las salidas nocturnas de enduro o btt y que me sirvió para poder iluminar el road book y algo mas la carretera que la pobre bombilla de la MK2).
Al amanecer, ya en pleno Pirineo francés, el sol nos decía que nos iba a acompañar el resto del día (por suerte) y el ritmo empezó a subir... ya entonces me di cuenta de que no éramos tan torpes en la carretera y que nuestro ritmo era bastante bueno, sobre todo en las bajadas donde podíamos seguir a las maxitrails sin muchos problemas, debido a lo sinuoso de las carreteras francesas.
Habíamos pactado que nuestra estrategia iba a ser no parar, para nada, excepto para repostar, ya que teníamos que hacerlo cada 100 kms. Por lo que nos saltamos el desayuno, las visitas, las fotos y casi casi las paradas para hacer pis y sólo paramos en los puntos de encuentro acordados con nuestra súper asistencia, a quien tenemos que agradecer su enorme labor, pues Estanis y Pepe, se hicieron casi los mismos kms que nosotros en la furgo y nos cuidaron de maravilla (me recordó mis tiempos en el enduro cuando llegas al control horario con ganas de comer almendras y comentar la jugada con tu equipo).
En la pausa de mediodía (donde si paramos a comer paella), todo iba perfecto, no habíamos tenido problemas y estábamos las 3 motos "ontime" para llegar de día al final de la ruta de nuevo en Viella, pero todavía faltaba más de la mitad de la ruta, eran sólo las 12 del mediodía.
La segunda parte de la ruta se complicó un poquito mas, sobre todo debido a la gravilla y a lo sucias que estaban las carreteras. Esto provocó algún que otro susto que acabó con pequeñas caídas de Josep (que al romper un estribo tuvo que abandonar) y mía, que por suerte fue sin consecuencias y pude seguir hasta el final.
Tras más de 14 horas, llegamos a Viella, no tuvimos que apretar ni un solo tornillo de las Bultaco, lo que fue el principal éxito de la jornada, a parte de la satisfacción de haberlo conseguido y, porque no confesarlo, la satisfacción de haber adelantado a más de uno en las bajadas de los puertos de montaña.
¿¿Repetiremos??